dimecres, 7 de maig del 2014

El gran Paco Gento

Paco Gento corría mucho, más que nadie en su deporte, el fútbol. Tiempo antes de que algún figura pensara en crear el personaje de Forrest Gump a Paco Gento ya había que pedirle que no corriera tanto, que los compañeros no podían seguirle, que cuando él llegaba al corner izquierdo y centraba ni los defensas habían tenido tiempo de cubrir el pase. Corría tanto que se decía que si se hubiera dedicado al atletismo habría batido el récord de España de los 100 metros lisos. Tan lisos como aquellos 100 metros de césped que Paco Gento corría por su banda cuando pillaba la pelota (bien, no bajaja a defender, no se hacía en aquella época, solo corría 50 metros). De Paco Gento un rival llegó a decir: "Gento corre mucho, pero lo peor no es cómo corre, lo peor es cómo se para". Y era cierto, los que intentaban seguirle sabían que podían acabar en el suelo si Gento se detenía en seco, como solía hacer, para centrar o para cambiar de dirección ... y en ese caso volver a acelerar para sentar a cualquier defensa rival.

Jugó 18 temporadas con el Real Madrid, siempre de 11, que en aquellos tiempos la posición te daba el número, y si salías de portero llevabas el 1, el delantero centro llevaba el 9, y el extremo izquierdo el 11. Con ese número ganó la sexta Copa de Europa del Real Madrid, en un equipo que alineó además a Araquistáin, Pachín, De Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso y Velázquez. Un partido que el Real Madrid, que no era el favorito, comenzó perdiendo y remontó según las crónicas (españolas) incluso "a pesar del arbitraje insidiosamente tendencioso del árbitro alemán Rudolf Kreitlein" (La Vanguardia, 12 de Mayo de 1966). ¡Ya sería menos!
Por cierto que ese mismo día, 11 de mayo de 1966, el Barcelona FC perdía en Stamford Bridge contra el Chelsea por dos goles a cero en la semifinal de la "Copa de Ciudades en Feria" (llamada también "Copa de Ferias", precursora de la llamada "Recopa de Europa" y actual "UEFA League"). Con aquella derrota se forzaba un tercer partido para decidir el finalista, partido a jugar en Barcelona, puesto que el equipo catalán había ganado por el mismo resultado de dos goles a cero en el primer partido de la semifinal, y en aquellos tiempos no existía lo del valor doble de los goles marcados fuera de casa ni se disputaba prórroga en la semifinal de esta competición. El Barcelona alineó a Reina, Benítez, Gallego, Eladio, Montesinos, Torres, Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. ¡Ahí queda eso! A Eladio lo expulsaron en el minuto 39 de juego, por patear a un contrario en lugar de hacerlo a la pelota, ¡cosas del fútbol!, y dejó a su equipo con un defensa menos. Todo el mundo temió que Benítez, que tampoco se cortaba con las faltas, acabaría haciendo compañía a Eladio en el vestuario antes de tiempo, pero no pasó.

Ese mismo día se disputó la otra semifinal, que dio el pase a la final de la "Copa de Ciudades en Feria" a otro equipo español: el Real Zaragoza. Tan Real como el Madrid, aunque no se suela decir, producto de la fusión en el pasado con un equipo que lo tenía en su denominación: el Stadium, que pasó en 1922 a denominarse Real Sociedad Atlética Stadium por consentimiento de la Casa Real. El Real Zaragoza ganó al Leeds, como hemos visto, el derecho a la final de la Copa de Ferias de 1966, que perdería contra el Barcelona a doble encuentro, con lo que ya hemos dicho que el Chelsea no consiguió vencer en Barcelona en el tercer partido. Aquél año la final de esa competición se disputaba a doble partido.

Pero a todo esto yo hablaba de Paco Gento, al que ni en familia llamaban Francisco, un santanderino que jugó primero en el Santander, perdón, en el Real Santander, que ese es otro que se ganó el título en época alfonsina y es Real desde 1923. Claro que Paco había nacido por aquellas tierras, concretamente en Guarnizo, por lo que su primer equipo tenía que ser el Santander. Eso fue mucho antes de ganar seis Copas de Europa, además de doce campeonatos de Liga, dos de Copa del Generalísimo y una Copa Intercontinental. Es el único, y casi seguro irrepetible, jugador que ha ganado seis Copas de Europa, seis. Un buen montón de distinciones le han reconocido sus méritos, sin duda singulares.

El último año que jugó en el Real Madrid los socios, esas malas aves de rapiña, le llamábamos "abuelo", a él que a sus 37 años lo había dado todo por el Real Madrid. Ya he dicho con esto que yo en aquella época era socio del equipo madrileño, algo que puede sorprender a algún que otro despistado (soy madrileño, vivo en Cataluña desde los 24 años). Y Gento ya no era el que fue, eso lo sabía incluso él mismo, ya no era el velocista al que no podían pillar ni los campeones de atletismo, pero tampoco iba en silla de ruedas, como le gritábamos los socios, esas malas bestias que hasta conseguimos que Miguel Muñoz dejara de entrenar a aquél equipo.

En aquella época prácticamente todos los partidos de la Liga española se disputaban a las 5 de la tarde del domingo, excepto el Rayo Vallecano que jugaba el domingo por la mañana, porque claro, entre Atlético de Madrid y Real Madrid no le dejaban espectadores si el Rayo decidía jugar a las 17 horas. Y en primavera el Sol calentaba la mitad del césped del Bernabéu, mientras que la otra mitad, en sentido longitudinal, permanecía en la sombra. El último año de Gento vimos cómo el delantero podía jugar de extremo derecho o de izquierdo, solo dependía del sorteo inicial: si el Madrid comenzaba atacando la portería Norte entonces Gento asumía su posición de extremo izquierdo, pero como tocara empezar atacando la portería Sur entonces Gento se reconvertía en extremo (o interior) derecho y corría por la sombra, que ya uno estaba algo mayor para sudar tanto. O al menos es lo que yo recuerdo, que con mi memoria todo podría ser. Pero que vi jugar al gran Paco Gento eso no me lo puede negar nadie.

Saludos a todos, madridistas, barcelonistas, antis e indiferentes. Que el fútbol solo es un deporte.