Acostuma a passar que quan mor una persona estimada, i més si la mort li ha arribat d'una manera injusta (com si la mort entengués de justícia!) la veu popular cerca una justificació, o una exaltació sublim, de la pròpia mort. La vida romàntica, des del punt de vista artístic, de començaments del Segle XX havia doncs de tractat la mort del compositor Enric Granados i Campiña sota la llum deformadora d'aquell romanticisme tardà que tant havia tingut a veure amb músics, escriptors i pintors.
Altres diaris repeteixen el mateix comunicar, òbviament d'agència: La Correspondencia de España, La Época, El Heraldo de Madrid, El Siglo Futuro, La Vanguardia, etc.
Enric Granados i la seva esposa, Amparo Gal |
Si resseguim
les notícies que dia rere dia arribaven als diaris, a partir del fet
inqüestionable de la torpedinada del vaixell «Sussex» per un submarí alemany
(el 24 de març de 1916) ens trobem la següent seqüència, a la qual m'he estimat
no incloure els comentaris panegírics ni les gloses de la personalitat del
compositor lleidatà, perquè tenen a veure amb la pròpia notícia de la mort:
Dia 26 de març de 2016
La Vanguardia publica la notícia de l'atac contra el vapor Sussex amb les següents paraules: «París, 26. Nos dicen de Boulogne que ha sido atacado por un submarino alemán el vapor inglés Sussex que hace el servicio entre Folkstone y Dieppe; a pesar de las averías sufridas pudo llegar, remolcado por otro vapor, al puerto de Boulogne. Al ser atacado llevaba el Sussex a bordo 380 pasajeros, la mayoría de ellos de naciones neutrales, singularmente americanos y españoles.
«Uno de los pasajeros del Sussex, inspector en el ferrocarril de Orleans, ha dicho que a la una y media, con buen tiempo y mar tranquila, había salido el vapor del puerto de Folkstone, "y a las tres de la tarde nos sorprendió a todos una formidable explosión, que incendió el vapor terriblemente y levantó al espacio grandes masas de agua que al caer de nuevo sobre el buque dieron a todos la sensación de que éste se hundía en el mar, lo que afortunadamente no fue así".
«Algunos pasajeros creyeron que el Sussex había chocado con una mina flotante, pero otros habían perfectamente visto la estela trazada por el torpedo. Organizado el salvamente de los pasajeros, embarcaron en las lanchas cuantos pudieron, en primer lugar las mujeres; pero pasaba el tiempo y el Sussex continuaba a flote. Hecho entonces un detenido reconocimiento, se vio que los compartimientos estanques habían funcionado con entera perfección y que resistían admirablemente. El capitán dispuso entonces lo necesario para la posible reparación del buque y como habían quedado rotas las antenas radiotelegráficas, fueron arregladas otras del mejor modo que se pudo y fue transmitido un despacho dando cuenta del siniestro y del sitio en que se hallaba el buque. Por fin, a las once de la noche llegaron junto al Sussex, procedentes de Boulogne, algunos vapores, que embarcaron a los náufragos, y uno de ellos remolcó al Sussex.
«Los náufragos fueron en el puerto de Boulogne acogidos cordialmente y magníficamente atendidos por la Cruz Roja inglesa. La mayoría de los pasajeros se quedaron en Boulogne.
«Como detalle curioso puede citarse el de que las calderas del Sussex continuaron funcionando después de la catástrofe, por lo que no faltó en el buque la luz eléctrica.»
Dia 27 de març de 1916
La Vanguardia publica la notícia de l'atac contra el vapor Sussex amb les següents paraules: «París, 26. Nos dicen de Boulogne que ha sido atacado por un submarino alemán el vapor inglés Sussex que hace el servicio entre Folkstone y Dieppe; a pesar de las averías sufridas pudo llegar, remolcado por otro vapor, al puerto de Boulogne. Al ser atacado llevaba el Sussex a bordo 380 pasajeros, la mayoría de ellos de naciones neutrales, singularmente americanos y españoles.
«Uno de los pasajeros del Sussex, inspector en el ferrocarril de Orleans, ha dicho que a la una y media, con buen tiempo y mar tranquila, había salido el vapor del puerto de Folkstone, "y a las tres de la tarde nos sorprendió a todos una formidable explosión, que incendió el vapor terriblemente y levantó al espacio grandes masas de agua que al caer de nuevo sobre el buque dieron a todos la sensación de que éste se hundía en el mar, lo que afortunadamente no fue así".
«Algunos pasajeros creyeron que el Sussex había chocado con una mina flotante, pero otros habían perfectamente visto la estela trazada por el torpedo. Organizado el salvamente de los pasajeros, embarcaron en las lanchas cuantos pudieron, en primer lugar las mujeres; pero pasaba el tiempo y el Sussex continuaba a flote. Hecho entonces un detenido reconocimiento, se vio que los compartimientos estanques habían funcionado con entera perfección y que resistían admirablemente. El capitán dispuso entonces lo necesario para la posible reparación del buque y como habían quedado rotas las antenas radiotelegráficas, fueron arregladas otras del mejor modo que se pudo y fue transmitido un despacho dando cuenta del siniestro y del sitio en que se hallaba el buque. Por fin, a las once de la noche llegaron junto al Sussex, procedentes de Boulogne, algunos vapores, que embarcaron a los náufragos, y uno de ellos remolcó al Sussex.
«Los náufragos fueron en el puerto de Boulogne acogidos cordialmente y magníficamente atendidos por la Cruz Roja inglesa. La mayoría de los pasajeros se quedaron en Boulogne.
«Como detalle curioso puede citarse el de que las calderas del Sussex continuaron funcionando después de la catástrofe, por lo que no faltó en el buque la luz eléctrica.»
Dia 27 de març de 1916
La Acción: «¿Iba Granados? París 23 [nota:
clarament una errata en la data, el vaixell fou torpedinat el 24 a les 14:50],
11 noche. Los pasajeros americanos del "Sussex" cuentan que el
compositor español Granados iba a bordo de dicho buque. Le vieron en el momento
en el que se refugiaba con su mujer en una lancha. Ambos desaparecieron.
Envióse una canoa en su busca, la cual volvió sin haber podido encontrarlos».
Altres diaris repeteixen el mateix comunicar, òbviament d'agència: La Correspondencia de España, La Época, El Heraldo de Madrid, El Siglo Futuro, La Vanguardia, etc.
El Heraldo
Militar: «¿Ha
perecido el maestro Granados?». Resta idèntic als altres diaris, però afegeix
de collita pròpia: «Hay una esperanza de que no se confirme esta versión.
Parece extraño que los pasajeros españoles salvados del siniestro nada hayan
dicho de la presencia del insigne maestro a bordo del Sussex».
El Imparcial: «En el mar - Torpedeamiento del Sussex
- Supervivientes españoles. París 26 (3:40 tarde). El Ministro de Marina
comunica al primera lista de pasajeros del vapor Sussex, conducidos a
Boulogne-sur-Mer. Comprende 174 personas, de las cuales 31 son franceses, 44
ingleses, 53 italianos, 24 belgas, dos rusos, seis españoles, 13 yanquis y un
chileno. Los españoles son los siguientes: Jesús María Ferrete Paus, Mario
Serrano, Mariano de la Torre, Manuel Berlanga Onaya, Ricardo Cortázar y
señorita Ana Koster».
Afegeix
aquest diari una informació no recollida pels altres: «El torpedeamiento del Sussex.
Desaparición del maestro Granados. Esta madrugada recibíamos un telegrama de la
Agencia Fabra que nos sorprende dolorosamente. Algunos de los pasajeros del
vapor Sussex desembarcados en Boulogne-sur-Mer dicen que en dicho buque
viajaba el compositor español Granados. Refieren los mencionados sobrevivientes
del vapor torpedeado que vieron a Enrique Granados y a su esposa embarcarse en
una balsa, que desapareció. Enviaron una canoa en su auxilio; pero la pequeña
embarcación volvió sin haber hallado rastro de la balsa ni de los náufragos en
ella refugiados.
«Como no
todos los pasajeros salvados han desembarcado en Francia, sino que algunos lo
hicieron en las islas inglesas, cabe la esperanza de que entre ellos se
encuentre nuestro ilustre compatriota; pero al mismo tiempo los detalles que
dan los pasajeros llegados a Boulogne-sur-Mer hacen temer que la desgracia sea
cierta. Enrique Granados es muy joven (no empleamos el pretérito mientras pueda
abrigarse la ilusión de que vive todavía), tiene cuarenta y nueve años, y es
una de las glorias del arte lírico español».
El País. Aquest diari, clarament
anti-alemany (en plena Gran Guerra), indica un títol ben curiós: «Para los
germanófilos españoles: El maestro Granados ha muerto en el Sussex».
Reste idèntic al comunicat dels primer diaris esmentats.
Dia 28 de
març de 1916
La Acción: «El naufragio del Sussex.
El maestro Granados. Con el fin de averiguar la certidumbre de la noticia en la
cual que entre las víctimas del naufragio del vapor Sussex se halla el
maestro Granados, el Gobierno viene practicando indagaciones, sin que hasta
ahora hayan logrado tener la certidumbre que se persigue».
Continua en
una edició posterior el mateix diari La Acción: «ULTIMA HORA. Más
noticias de la desaparición del maestro Granados. Barcelona, 28 (3,30 t) -
Sigue la ansiedad ante la suerte que haya podido correr el maestro Granados en
el naufragio del Sussex, y se ha interesado a Su Majestad [Alfons
XIII] que gestione de los embajadores de Francia e Inglaterra noticias
exactas. La familia tiene una carta, fechada en nueva York, anunciando su
salida para Europa. Después no ha vuelto a tener noticias. La última la recibió
la casa Dotesio, en telegrama fechado en Londres el día 24.
«La noticia
del naufragio - Decía que iría a Francia en el primer correo que saliese de
Inglaterra, y se sabe que el primer correo era el Sussex, lo que ha dado
margen a que los pesimistas acentúen su creencia de naufragio, a pesar de que
no hay noticias concretas».
Altres
diaris del mateix dia informen de l'absència de notícies sobre la desaparició
del mestre Granados. No cal copiar les informacions, que no afegirien res
important.
Dia 29 de
març de 1916
La
Correspondencia de España, La Época i altres diaris repeteixen les informacions del diari
La Acción del 28 de març (ut supra).
Dia 30 de
març de 1916
La Acción torna a indicar notícies de darrera
hora: «Barcelona, 30 (3,30 t.) - Se van desvaneciendo las esperanzas que se
abrigaban respecto a la suerte del maestro Granados. En el Gobierno civil no se
ha recibido ninguna nueva noticia. El jefe superior de Palacio ha remitido un
telegrama transcribiendo otro del embajador de España en Londres, en el cual se
afirma que sólo se sabe que el maestro Granados y su esposa embarcaron en el
vapor torpedeado y no figuran entre los náufragos desembarcados en Inglaterra.
[..] Se ha sabido por un pasajero llegado de Bilbao, el ingeniero señor
Cortázar, que iba en el Sussex al ocurrir la catástrofe, que vio al
maestro Granados y a su esposa cuando caían al agua».
La Vanguardia dedicà aquest dia un extensíssim article al compositor lleidatà, indicant amb seguretat que el compositor ha mort en la catàstrofe del Sussex. Inclou un llarg panegíric del compositor, que paga la pena revisar.
Dia 31 de
març de 1916
De nou La
Acción dona informació rellevant: «La muerte de Granados - París 30.
Comunican de Boulogne-sur-Mer que el pintor español José Mª Sert fue allí para
encontrar las huellas de su amigo el compositor Granados, desaparecido en el
hundimiento del Sussex [nota: el Sussex no es va enfonsar, només una
part del vaixell va anar al fons del mar]. Fue al depósito judicial de
Boulogne, examinó uno por uno los cadáveres destrozados por la catástrofe,
interrogó a numerosos supervivientes; pero, desgraciadamente, no debe tenerse
esperanza sobre el fin de Granados. "He visto cosas espantosas",
dijo Sert. [..] "Pregunté a varias personas que viajaban en el
Sussex, y está demostrado que vieron a Granados arrojarse de la balsa para
socorrer a su esposa, que se ahogaba; apenas tuvo fuerzas para llegar hasta
ella, y los dos, enlazados, se hundieron"»
El mateix
diari afegeix tot seguir una notícia que sembla contradir la mort de Granados:
«¿Será Granados? - Barcelona, 31 (3,30 t.) - Se ha recibido un telegrama de
París dando cuenta de que en la Embajada de España se tienen noticias de haber
sido salvados un hombre y una mujer, náufragos del vapor Sussex
torpedeado por los alemanes, que no han podido ser identificados por no haber
recobrado la palabra». Malauradament no serien ni l'Enric Granados ni l'Amparo
Gal.
La Vanguardia dona una versió lleugerament diferent de la història relatada pel pintor Josep Maria Sert: «El equipaje de Granados - Bolonia de Mar, 30. Ha estado aquí el conocido pintor catalán José María Sert, quien ha visitado el depósito de cadáveres, para ver si entre los de los náufragos podía ver el de su amigo el compositor Granados. El examen no dio resultado. Hablando con algunos supervivientes de la catástrofe, le han confirmado haberle visto en una balsa con su esposa y después desaparecer ambos en el mar. El señor Sert ha logrado encontrar el equipaje de Granados».
La Vanguardia dona una versió lleugerament diferent de la història relatada pel pintor Josep Maria Sert: «El equipaje de Granados - Bolonia de Mar, 30. Ha estado aquí el conocido pintor catalán José María Sert, quien ha visitado el depósito de cadáveres, para ver si entre los de los náufragos podía ver el de su amigo el compositor Granados. El examen no dio resultado. Hablando con algunos supervivientes de la catástrofe, le han confirmado haberle visto en una balsa con su esposa y después desaparecer ambos en el mar. El señor Sert ha logrado encontrar el equipaje de Granados».
L'altre
possibilitat
Subratllada
queda la primera aparició en premsa de la versió segons la qual l'Enric
Granados es llançà al mar per a salvar la seva esposa. Una versió que no deixa
de ser curiosa, donat el fet de que Amparo Gal sabia nedar i l'Enric Granados
no, i que ella era una experta nedadora, segons consta. És cert que ella ja no
era una jove en bona forma física, però de ben segur li resultaria més fàcil
mantenir-se a flot que al seu marit. Les versions donades per La Acción i per La Vanguardia són lleugerament diferents, la segona no indica que Granados es llancés voluntàriament al mar per tal de salvar la seva esposa.
La romàntica versió dels fets, la de La Acción, s'inscriu en el dolor mateix que la pèrdua del
compositor provocà en el mon artístic espanyol, i encara que sembla del tot
cert el testimoni del pintor barceloní Josep Maria Sert, no hem
d'oblidar que la premsa de l'època era molt poc fiable en general, i ben va
poder el periodista que va enviar la notícia als diaris esmentats (La
Acción i d'altres que la van publicar, com ara El Imparcial,
El Heraldo de Madrid, El Globo, El Siglo
Futuro, etc.) inventar-se-ho o tot simplement fer d'una possibilitat
una certesa, d'un potser un va ser. El fet és que les
declaracions d'en Sert van ser amplament reproduïdes pels diaris europeus.
La Vanguardia afegeix que en Josep Maria
Sert va recuperar efectes personals de Granados, i que els va fer arribar als seus fills, a Barcelona.
D'una altra
banda, Mario Serra, fill d'un amic de Granados, el pintor Enric Serra,
i que també viatjava al Sussex va explicar els darrers minuts de la vida
del compositor. Segons aquest relat, molts dels passatgers es trobaven al
menjador en el moment en que el Sussex fou torpedinat. L'explosió va
crear una enorme alarma a tots ells, especialment quan una gran llengua d'aigua
va entrar a la sala. La gent va començar a fugir sense més espera, ocupant les
balses de salvament del passadís exterior del vaixell. El capità va demanar
calma, sense èxit. Mario Serra va intentar que Granados, i la seva esposa,
romanguessin a bord, però el compositor es va mostrar absolutament convençut de
que la seva vida només estaria garantida sortint del vaixell. En arribar la
balsa al mar, Enric i Amparo van caure a l'aigua, i l'Enric va intentar arribar
on es trobava la seva esposa. La abraçà, i així desaparegueren entre les onades
del mar.
Aquest relat
ens dona una versió no romàntica del fet: la balsa va caure malament al mar, en
esser davallada del vaixell amb presses, i els passatgers van caure al mar.
Granados va fer per arribar on es trobava l'Amparo, es van abraçar, potser més
pel fer de que ell no sabia nedar que no pas per amor, i van desaparèixer.
Aquest fet, a travès del filtre de la genialitat del compositor i dels temps
romàntics que es vivien, va crear la versió segons la qual Granados es va
llançar al mar a salva la seva dona.
Segons algunes versions, que combinen ambdues històries, la balsa hauria baixat al mar sense entrebancs, però un cop a l'aigua alguns passatgers haurien caigut al mar degut a moviments de la petita balsa per efecte de l'onatge, entre ells l'Amparo. Segons aquesta versió, just en aquest moment l'Enric s'hauria llançat al mar per intentar salvar la seva dona.
Encara una versió més, aquesta de la ploma d'en Ricard Viñes, pianista amic de l'Enric Granados, escrita a la Revista Musical Hispano-Americana a l'agost de 1916: «Granados, que apenas sabía nadar, remaba en cambio bastante bien, como hace poco me lo confirmaba el patético relato de una joven norteamericana -Mis L.H.- quien asistió al desastre del Sussex, y quien me dijo haber visto a Granados -sobre un exiguo radeau [balsa] al que se agarraban, siguiéndolo al remolque, la esposa de aquél y otro náufrago- remar desesperada y velozmente sin más náutico aparejo que una tosca tablucha, y pareciendo poner el mayor ahínco en alejarse del buque torpedeado, cual si temiera ante todo la horrífica succión del hundimiento. Hasta ahí lo que alcanzó a ver mi interlocutriz».
Segons algunes versions, que combinen ambdues històries, la balsa hauria baixat al mar sense entrebancs, però un cop a l'aigua alguns passatgers haurien caigut al mar degut a moviments de la petita balsa per efecte de l'onatge, entre ells l'Amparo. Segons aquesta versió, just en aquest moment l'Enric s'hauria llançat al mar per intentar salvar la seva dona.
Encara una versió més, aquesta de la ploma d'en Ricard Viñes, pianista amic de l'Enric Granados, escrita a la Revista Musical Hispano-Americana a l'agost de 1916: «Granados, que apenas sabía nadar, remaba en cambio bastante bien, como hace poco me lo confirmaba el patético relato de una joven norteamericana -Mis L.H.- quien asistió al desastre del Sussex, y quien me dijo haber visto a Granados -sobre un exiguo radeau [balsa] al que se agarraban, siguiéndolo al remolque, la esposa de aquél y otro náufrago- remar desesperada y velozmente sin más náutico aparejo que una tosca tablucha, y pareciendo poner el mayor ahínco en alejarse del buque torpedeado, cual si temiera ante todo la horrífica succión del hundimiento. Hasta ahí lo que alcanzó a ver mi interlocutriz».
Va ser
veritablement així o no? No ho sabrem mai.